En el interior hay arte, muchas obras contemporáneas de importantes autores perfectamente insertadas en esta villa de los años 70.
Elegante contexto de pinturas y esculturas de moda, para funcionar como una conexión ideal entre las dos dimensiones, la de la naturaleza que está afuera y el del arte que desborda en los distintos ambientes.
Claudia Pelizzari ha sabido crear un interiorismo persuasivo, nunca invasivo, donde los contrarios conviven en armonía en el interior, "hemos querido sugerir un gusto decididamente moderno, de piso neoyorquino, la villa es muy cosmopolita, con toques de la naturaleza circundante, que se puede encontrar, por ejemplo, en la elección de las maderas" cit. Revista AD-ARCHITECTURAL
DIGEST - 3 de marzo de 2017