Una residencia contemporánea ubicada en una colina en Suiza que, a través de su lenguaje de materiales, formas y volúmenes, representa un ejemplo perfecto de cómo es posible la convivencia e integración entre la naturaleza y la arquitectura. La naturaleza entra en la casa, a través de una cuidada selección de materiales que se integran con el paisaje, sale a la naturaleza ofreciendo una posibilidad de vida única en su género. Desarrollada en cuatro pisos, tres sobre elevados y un sótano, la casa también tiene acceso desde arriba, desde uno de los espacios más exclusivos, un verdadero y propio spa con vista al cielo y al lago. Un templo del bienestar domótico formado por sauna, piscina y baño turco, diseñado al detalle y que destaca por la singularidad de su construcción, la calidad de los revestimientos y la funcionalidad tecnológica.
La diseñadora de interiores Sabrina Cherubin, supervisó todo el diseño de interiores.